Día a día el número de personas con herpes aumenta en todas partes del mundo, lo que implica un serio problema de salud pública, por lo que un importante número de investigadores se avoca a encontrar cómo curar el herpes de una forma definitiva.
Se sabe que el herpes es causado por los virus VHS-1, que causa el herpes simple y el VHS-2 es el causante del herpes genital, pero ambos pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, principalmente en la boca y en la zona genital.
El herpes se presenta en forma de brotes temporales de pequeñas ampollas, también conocidas como fuegos labiales, causando molestias como gran sensibilidad en el área, enrojecimiento, ardor, comezón, inflamación, y generalmente, en las primeras apariciones, también pueden presentarse síntomas similares o iguales a los de una gripe común.
El no haber dado con la solución a cómo curar el herpes no ha impedido lograr de todas maneras importantes avances en el conocimiento de la forma de comportarse del virus. Estos descubrimientos han aportado algunas soluciones para minimizar la intensidad de los brotes y las molestias que los acompañan
Uno de los factores determinantes que obstaculiza la solución de cómo curar el herpes consiste en que una vez que el virus entra al organismo, llega a las células nerviosas y se instala, por así decirlo, de manera que no es posible destruirlo sin dañar también el tejido nervioso. Cuando ya el paciente ha sufrido brotes con anterioridad, le es posible identificar los síntomas previos a su aparición. Algunos medicamentos de reciente descubrimiento, administrados adecuadamente minimizan e incluso logran inhibir la aparición de los tan temidos y molestos brotes. Afortunadamente algunos de estos medicamentos ayudan a enfermos con su sistema inmune comprometido, como es el caso de las personas diabéticas o con VIH.
Tampoco hay cómo curar el herpes con remedios caseros, pero la eliminación del estrés, llevar hábitos de vida saludable con alimentación rica en alimentos con alto contenido de lisina (carne, lacteos, huevos, pescado), puede retrasar la aparición de brotes, llegando incluso a no volver a presentarse, aunque el virus seguirá permanentemente en el organismo. En cambio las nueces, almendras, cacahuates, y alimentos procesados, entre otros, pueden favorecer la reactivación del virus. Aplicar hielo sobre las lesiones puede calmar las molestias, así como algunos medicamentos homeopáticos. Es de vital importancia evitar a toda costa que el líquido de las lesiones llegue a los ojos, ya que los brotes en ellos pueden llegar a causar ceguera.